Y donde quedó la cocina?
El placer de los colores. El diseño de las formas. La simetría de las texturas.
Nadie puede negar que la naturaleza es una arquitecta suprema cuando se trata de plantas y por supuesto de sus frutos, nuestros alimentos. Frutas, verduras, frutos, hojas, granos y más. A la hora de proveernos de alimentos, la naturaleza se ha tomado su trabajo en serio para enamorar nuestros ojos y hechizar a una mente inquieta que ha dejado de lado un ritual ancestral que nos caracteriza como especie: comer.
Seguramente te estarás preguntando de que se trata este post. Si querés meterte un rato en mi cabeza te cuento un secreto: no lo sé. Por momentos escribo con un objetivo concreto; informar, dar mi opinión sobre un tema, incitar al cuestionamiento y generar debate, en fin, diversos objetivos con un denominador común: tratar de escribir algo diferente, algo que haga pensar y reflexionar (tareas difíciles si las hay).
A no aburrir más con reflexiones. Escribo sobre la comida porque me representa: representa la forma en que pienso, representa el mundo en el que quiero vivir, representa mi manera de respetar lo mas sagrado que se me dio, mi cuerpo, y representa una terapia común en muchas personas: frenar un segundo en esta vida caótica que llevamos. Que pasó que ya no tenemos tiempo para cocinar? Desde cuando saber cocinar genera asombro y deleite, cuando hace unas pocas generaciones era un saber exigido en la familia? No digo que todos deberían saber cocinar, aunque si creo que todos deberíamos saber que ingerimos y como eso afecta el funcionamiento de nuestro cuerpo. Porque en el momento en el cual nos desconectamos de aquello que ingerimos, nos desconectamos de nuestro cuerpo y de sus necesidades (no me voy a poner a hablar de enfermedades relacionadas con la alimentación moderna porque es un tema para rato y hay muchos documentales muy buenos al respecto). Esta en cada uno escucharse y ver que necesita.
No quiero hacerlo muy largo, pero si quiero que pensemos que queremos para nuestro futuro y el de las generaciones que vienen. Vivimos apurados es decir poco. Entre el trabajo, las cosas de la casa, la vida social, el deporte y muchas cosas más que ocupan nuestro día a día, hemos perdido el espacio para cocinar, para entender los procesos de los alimentos. Ojalá podamos volver a conectarnos con ese acto tan humano que es comer y compartir, conectar desde un plato artesanal o una copa de vino. Conectar de verdad, entre risas y sonrisas. Conectar desde lo humano, como antes, como siempre.
Si te interesa el tema, acá te recomiendo documentales y libros para ahondar (el de la foto es Michael Pollan, uno de mis académicos preferidos)
1- Michael Pollan: In Defense of Food
2- Michael Pollan: The Omnivore’s Dilemma
3- Cooked (gran serie de Netflix basada en el libro de Pollan)
4- Chef’s Table
5- Food Matters
6- Food Inc.
Se reciben recomendaciones!